sábado, 24 de junio de 2017

Adiós Chris Cornell


Dale play



¿Cómo empiezo a escribir este artículo? ¿Empiezo por el principio o por el maldito final? ¿Existe el final? En cuerpo, en carne, claramente sí. Pero estoy escribiendo sobre un artista con todas las letras y hasta si querés, te lo pongo con siglas “A.R.T.I.S.T.A”. Se nos fue Chris Cornell a los 52 años. ¡La puta madre! El duelo fue largo y lo es aún. Fue shockeante la noticia que una amiga, inocentemente, me tiró por la cabeza como si fuera una bolsa llena de piedras. Dolió, duele aún. Pero es un hecho. Por momentos creía (quería creer) que había sido un error. Esperaba que salgan a desmentir esa joda de mal gusto: Internet da para inventar noticias que la gente comparte sin antes chequear. Pero no. Nadie lo desmentía y cada vez era más real. Siempre lo fue, pero no para mí.  Las horas pasaban mientras mi cabeza trataba de distraerse en el laburo. Me negaba a sacarme la venda de los ojos hasta que, horas más tarde, abrí el Facebook y me empapé con el llanto de las decenas de amigos y conocidos que tampoco podían creerlo. Me bañé en realidad, en la dura pero verdadera realidad. Es fría y pesada… Murió...

Desde el momento que escuché la noticia pasé una semana sin poder escuchar nada que tenga su voz. En la lista de reproducción que tengo en el laburo salteaba I am the highway y Showme how to liveMurió Chris Cornell...?

No. Dejame vivir en mi ignorancia. Al menos por ahora.

Nunca jamás me había pegado tan mal la muerte de una persona que no conozco, una persona con la que nunca compartí una charla, una birra, un mate, nada. Pero esto es arte. El arte se expresa a través de un medio, y somos los receptores los que nos vemos sacudidos por ese mantra, esa energía, ese nosequé. No importan las distancias de kilómetros ni de tiempos, importa el mensaje, importa la expresión, importa la sensación, el sentimiento y la pasión… Murió... Chris... Cornell...

Mientras escribo estas líneas, como hago siempre que escribo crónicas musicales, estoy escuchando al artista en cuestión. En este caso escucho el primer disco de Audioslave. Esa joya que para mí es unos de los mejores discos que existen y que van a existir… Murió Chris Cornell...

Se me pone la piel de gallina, los ojos vidriosos y se me forma un nudo en la garganta, aunque su partida haya sido hace más de un mes (En este momento escucho, viajo, siento I am the highway) Pero, como dije antes, el duelo es largo. Ya pasé por la etapa de la negación, la ira y la depresión, así, todas juntas. Mi corazón y mi sangre no pudieron seguir el orden que ciertos investigadores le adjudicaron a las cinco etapas. Tanto así, que aún estoy negociando con la realidad para ver si al final la acepto.

Sí, lo sé. Lo acepto. Murió Chris Cornell, pero su magia es eterna.


Gracias por tanto arte Chris.

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