Por primera vez desde que voy a la Fiesta clandestina a ver a Carajo se me complica la entrada. Anteriormente me habían pedido el DNI, pero luego de decirles mi edad me dejaron pasar sin problemas. A diferencia de aquella vez, el sábado me mantuvieron a un costado junto a otras personas por más o menos 20 minutos hasta que me dejaron pasar. Hasta donde sé, no corrieron con la misma suerte una madre con su hija que aparentaba ser menor de edad.
El show de
la banda Huevo ya había comenzado aparentemente
hacía pocos minutos, porque se extendió por una hora desde que pasé por la
puerta.
La gente,
muy respetuosa, los aplaudía después de cada tema y algunos, los que ya los
conocían, la agitaron un poco.
Su sonido
está fuertemente influenciado por el flaco Spinetta y sus bandas eternas,
también encontré cosas de una banda actual, como Eruca sativa. Podría describir
a Huevo como una banda de Rock con la mente abierta, ya que no se encierra en
un solo género, tomando y transformando sonidos y melodías de otro “palo” como
el folklore. Huevo es una banda que, te guste o no, sale de lo habitual y puede
plasmar de manera impecable todo su arte porque está integrada por músicos muy
talentosos, más allá de las facilidades de las que puedan gozar por tener un
apellido con tanto peso en sus filas.
Yo
particularmente destaco el solo de batería de Tomás Sainz en el tema Aeroscopia, que fue justo merecedor de
un aplauso general, al igual que la banda cuando terminó su presentación.
Esta noche en Groove, disfruté de uno de los
mejores calentamientos gracias a la lista de temas que pasaron: Nirvana, Pantera, Megadeth, System of a down (Ganadores del pogo
más grande), Coal Chamber, Korn, Metallica, Rage against the machine y Rammstein, entre otras. ¡Terrible! ¿Cómo terminar un recital entero si ya estas recibiendo
golpes, saltando y descargando toda la energía en la previa? Igualmente, no me
prendí en todos los pogos que se armaron porque en uno, creo que en el de Toxicity, ligué un cabezazo en la mandíbula
que casi me noquea. Quedé medio tonto por un rato, pero luego volví a agitarla
como se debe.
Lo
importante acá es que, tratándose de Carajo, siempre va a haber resto físico
para agitarla.
En un
momento, no sé exactamente a qué hora, se apagaron las luces. La amena y
entretenida espera había terminado.
Corva
saludó y luego nos hizo la pregunta que más que una respuesta concreta siempre
espera una explosión de euforia:
¡¿Quieren ser Libres?!
Y así, de
la mano de Corva, Tery y Andy, comenzó la fiesta Carajera que siguió de la mejor forma con Joder, una de las canciones que
generalmente tocan más cerca del final. Pero ya sabemos que las listas que hace
Carajo en la fiesta clandestina no suelen respetar un orden natural, por
llamarlo de alguna manera. (Recuerdo en una fiesta clandestina del 2015 que
arrancaron con Joder y que el tercer tema fue Sacate la mierda)
Las
siguientes dos canciones fueron del último disco, Frente a frente: La venganza
de los perdedores y Drama.
Llegó el
momento de la segunda pregunta de Corva que siempre va apuntada a un público
que tal vez pueda sentirse identificado con la letra de esta canción, o que
simplemente le guste, y ya.
¿¡Hay un Chico
granada ahí abajo!?
Claro que
la respuesta fue la misma de siempre: euforia y agite.
Algunos
de los trapos Carajeros que afuera habían desplegado los fanáticos se hicieron
ver también adentro. El primero que vi fue el pequeño trapo blanco que tiene la
leyenda “Pura vida” y luego uno negro que sostuve por unos segundos, pero no
pude ver bien de cual se trataba, aunque creo que era el que tiene el logo del DVD Hoy como ayer (Inmundo´s). También
dijeron presente la gente de Carajeros de sangre, Salvaje
juventud y Resistencia Carajera.
Los
siguientes temas, para el disfrute de los viejos seguidores y de los amantes de
la faceta más cruda de la banda, fueron Ironía
y Pura vida, del disco debut,
allá por el 2002. Luego hicimos temblar un poco el piso de Groove con El error y más tarde ablandamos nuestra
dureza metalera para corear Humildad:
una letra con mensajes más esperanzadores como los que nos empezaron a mostrar
con mayor frecuencia desde El mar de las
almas.
Cuando
escuchamos el latido de ese corazón que, según reza la letra de esta canción,
mantiene encendido un fuego que no será nada fácil apagar, supimos que se
trataba de Tracción a sangre, otra
canción con una letra con mensajes muy positivos.
Había
que cortar con tanta dulzura y mensajes esperanzadores, y que mejor manera de
hacerlo que tocando dos temas escritos desde la tristeza, la melancolía y la
resignación que, lejos de tirarte abajo, te ayudan a canalizar los sentimientos
de angustia y a reflexionar un poco: El primero de ellos fue Triste, esa canción que Corva solía dedicarle a Gabriel Ruiz Díaz, hermano de Fernando
y miembro fundador de Catupecu machu.
Cómo me
gusta cantar con mis hermanos de sentimiento, que ni siquiera conozco, pero
siento conocer cuando los veo tan sumergidos en el mismo estado en el que me
encuentro yo.
“Buscando señales / tentado a perder y aún
vencido no renunciar / que aquellos que nunca dan nada a cambio / jamás
encontraran…¡¡felicidad!!”
La
siguiente canción en cuestión es Luna
herida, que tiene un trasfondo un poco más triste porque fue escrita
directamente desde el dolor.
Como es
sabido, los shows que Carajo brinda en la fiesta clandestina son más cortos, lo
que significaba que estábamos acercándonos al final. Y si se trata del final,
hablamos de canciones bien pesadas, canciones para descargar las últimas
fuerzas. Por eso, la elegida fue la que más discordia genera entre los
fanáticos y los seguidores de menor intensidad: Acido. Veo muchas discusiones sobre si Acido sí o sí Acido no. ¡Pero
bien que en vivo todos se olvidan de dicha discordia y la agitan igual!!
Llegó
uno de los momentos más esperados de cada recital, llegó el momento del
tristemente célebre himno de Carajo.
“¿A que vinieron esta noche?” Preguntó Corva.
Respuesta
eufórica Parte 3.
Y
comenzó a sonar el punteo de Tery mientras
todos preparábamos nuestras gargantas para desgarrarlas gritando cada verso de Sacate la mierda.
“Sin anestesia / la rebelión despierta / En la
calle se manifiesta / La paciencia ya se acabó / y nace la violencia. / Miro la
TV y odio lo que veo / HAY QUE METERLOS A TODOS PRESOS…”
Cuando
terminaron los 4 minutos de descontrol, el trío se retiró del escenario, por lo
que más de uno creyó que el show había terminado. Recuerdo a dos que se estaban
yendo y pasaron al lado mío insultando y recriminando porque no habían
saludado. Supuse que era la primera vez que iban a ver a Carajo, sino no se
entiende el grado de desinformación de esos pibes. Pero bueno, lo cierto es que
ni en pedo el recital había terminado. Era obvio que faltaba mínimo un tema. Yo
pensé en El vago y en el Medley de Pantera, pero no. El trío me
sorprendió a mí y estoy seguro que también sorprendió al 100 % de los presentes
con lo que se tenían guardado.
Cuando
comenzó a sonar la guitarra de Tery, todos los que nacimos en los 80´s, en los
90´s… y supongo que hasta en la última década, absolutamente todos, estallamos
de emoción. ¡Al fin pude presenciar este momento! ¡¡Carajo haciendo Smell like teen spirit de Nirvana!! ¡¡¡La reputamadre!!!
¿Qué
puedo decir de este momento? Primero, que fue algo soñado, puedo decir que
vivirlo fue algo hermoso, y que ahora se transformó en uno de los recuerdos más
inolvidables de mi vida en recitales.
Pero si
creímos que las sorpresas se habían acabado nos equivocamos rotundamente. Esta
vez Corva anticipó, con un poco de trampa, lo que se venía. Primero invitó al
escenario a los chicos de Huevo, luego comenzó a decir que iban a hacer “un tema de cumbia… (En mi cabeza se
abrió un gran signo de interrogación. Peeeeero)… al estilo de … Rage against the machine.” (El signo de
interrogación fue asesinado por cuatro mil doscientos signos de exclamación)
¿¿Primero Nirvana y ahora Rage?? Limp bizkit había hecho lo mismo en el Luna
park, pero solo tocaron fragmentos de dichas canciones.
Sobreviví
a tantos pogos y tengo que sobrevivir a este, aunque sea el último.
Ni bien
comenzó a sonar el bajo que Corva le cedió a Julián Lopez Pisani estallaron el
resto de los presentes al caer en la cuenta de que Killing in the name sería la canción encargada de drenar hasta
nuestra última gota de sudor.
Cuando
iban pocos segundos de comenzado ese himno, se me salió una zapatilla. Pero no
había ni tiempo ni espacio para calzármela de nuevo. ¡No me iba a perder ese
momento solo por salvar algún que otro dedo! Así que sostuve la zapatilla y
todo me chupó un huevo. Si me pisaron, ni me enteré.
Cuando
terminaron su presentación, comenzó a sonar en los parlantes Bulls on parade de R.A.T.M por lo que mi “manija cósmica” no terminó de disiparse y
volví a agitarla con todo. Cuando me doy cuenta estaba pogueando solo, mientras
todos estaban esperando atrapar una de las tantas púas que volaban y uno de los
palos que más tarde arrojó Andy.
Sin
dudas fue una noche inolvidable, con un final a prueba de blanditos.
¡Gracias
por tanto Carajo! ¡Gracias por tanto hermanos!
Nos
vemos la próxima.
El ultimo tema fue una mierda!
ResponderEliminarEn partes le bajaban el tempo. Es verdad que no fue un gran cover, pero se disfrutó igual.
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