jueves, 22 de noviembre de 2018

Carroña Sharong y 21 Gramos por segunda vez la rompieron en The Roxy live.

“Las segundas partes nunca fueron buenas” Esta frase, extraída (y tal vez sacada de contexto) de la célebre obra de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la mancha, se viene empleando desde hace siglos en todos los ámbitos que se nos puedan ocurrir. Podemos discutir si se trata de una frase hecha o de un refrán, pero si hay algo en lo que todos vamos a estar de acuerdo es que, en muchos casos nos predispone de mala manera ante esa “segunda parte”, y también vamos a coincidir en que sí hay secuelas que superan o al menos están a la altura de la primera parte. Y este es un caso que lo demuestra.


martes, 20 de noviembre de 2018

Algo más que música: Carroña Sharong estrenó el videoclip de Diciembre.


Escucho Carroña Sharong desde hace años. Conozco su música y a los intérpretes. Conozco y recibo perfectamente el mensaje porque se trata de un tipo de música que me viene acompañando desde adolescente, ya que una de sus máximas influencias es Alice in chains - la banda que más amo en la faz de la tierra. Es por esto que su sonido me gusta y me conmueve. Muéstrame las garras y Diciembre son las dos canciones que no solamente percibo con los oídos, sino con las entrañas mismas. Ayer Lunes, estrenaron el videoclip de esta última canción, perteneciente a su primer disco Hasta que el sol se apague. Desde entonces me cuesta pensar en otra cosa.


domingo, 27 de mayo de 2018

Reseña literaria VI: El club de los enigmas - Isaac Asimov.


En contexto

Adquirí El club de los enigmas en 2010, año en el cual todos mis esfuerzos y mi concentración estaban enfocados en el trabajo que me daba de comer. En mis días libres, los miércoles, salía a dar vueltas por el barrio de Chacarita (Ciudad de Buenos aires), donde residía en ese momento. Primero buscaba un lugar para almorzar, luego iba a mi librería favorita del barrio, y luego me iba a tomar un café mientras leía alguno de los libros que acababa de comprar. Reconozco que en ese momento no conocía a su autor, Isaac Asimov, y que solo compré el libro porque me llamaron la atención su portada y el título. Y también debo reconocer que lo compré con la intención de regalárselo a una amiga, pero por algún motivo me lo terminé quedando. Hasta que cuatro años después decidí que era momento de leerlo.



Este libro fue leído en su totalidad en la vía pública. Lo abría en la línea B del subte, cuando volvía del trabajo, y no dejaba de leerlo hasta llegar a mi casa, en el barrio de Villa Urquiza. Incluso lo iba leyendo en la calle, mientras caminaba dando pasos muy lentos hasta llegar a destino.

miércoles, 25 de abril de 2018

viernes, 30 de marzo de 2018

Poveglia, Epochal y Neantere en Casa Rincón: Crónica y cobertura fotográfica.


Casi bajo la autopista 25 de Mayo, medio oculta medio a la vista, sobre la calle del mismo nombre, se encuentra Casa Rincón. Como su nombre lo indica, por fuera, realmente parece una casa. Hasta allí llegamos Cherry y yo, poco antes que el reloj dé las 22:30 hs. Tocamos timbre y pasamos de una. Y remarco “De una” porque, un poco por costumbre y otro poco por distraídos, nos encaminamos hacia adentro sin anunciarnos y sin pagar la entrada, solo saludando al boletero. Segundos después nos vino a preguntar, muy amablemente, si estábamos acreditados. Fue ahí que caímos. Pero bueno, le dijimos nuestros nombres y no hubo problema. Entonces, desde este lugar, le pido nuevamente disculpas por esto.

Ya dentro del recinto, nos encontramos con poca gente, entre ellos los músicos de Poveglia, Epochal y Neantere, las tres bandas que nos iban a deleitar los sentidos esta noche. Y acá tengo que subrayar “los sentidos”, porque se trata de bandas que transmiten mucho más que vibraciones sonoras.

A medida que fueron pasando los minutos, más gente comenzó a llagar. Hasta que, a las 23:30, con el bajista en las sombras y el resto de la banda iluminada (por las luces, no por un ente imaginario, claro) Neantere, un trío de Post Rock, como se definen ellos, abrió esta hermosa fecha. Yo me acerqué hasta el escenario para segundear a Cherry con el vaso de birra, y allí me instalé, en una de las sillas que, más allá de que me moleste que estén tan cerca del escenario, finalmente terminé ocupando.


Neantere experimenta un sonido climático, logrado a través de una guitarra ambiental, con solos épicos, no por extraordinarios ni mucho menos, sino por llevarme audiblemente a los tiempos de la epopeya heroica. El sonido más denso y pesado es canalizado mediante el bajo y la batería, dando por resultado final esta simbiosis entre ambiental y rockera.


Esta se trata de la segunda vez que veo en vivo a esta banda, pero de la primera vez que logro apreciar su música de esta manera. ¿Será porque aquella primera vez no estaba concentrado, ansioso por la llegada de la misma banda que viene a continuación? Es probable.

El primer break de la noche llegó, y con él, también llegó el "hombre de la escalera". Bien podría tratarse de una película argentina de los años 50, pero no, se trata de quien se encargó de reparar el reflector que había sumido en las sombras al bajista de Neantere.

Sigue Epochal. Mi ansiedad me empieza a hacer temblar la pierna derecha mientras que me obliga a ingerir algo de alcohol.

Está empezando Epochal, la ansiedad crece.

Mi amigo Nico está acá al lado. Esto recién empieza, pero ya quiero que tenga las mismas sensaciones que yo tuve al presenciar por primera vez un show de ellos, allá por Agosto del 2016. Quiero que sienta eso que yo sentí y que luego me llevó a hacerle escuchar Awakening (2016), el disco de esta banda, para que la flashee. Me sentí como alguien cuando hace un regalo y no quiere que a la otra persona solo le guste, sino que le encante y que hasta le cambie la vida, por más exagerado que suene.
Es apenas la tercera vez que los veo en vivo. Pienso… si, por más loco que suene, es apenas la tercera. Pero es la primera vez que su música está acompañada por proyecciones. Me llevó unos minutos percatarme de ello porque, con el sentido de la audición, ya me alcanza para disfrutar, entonces cierro los ojos y me pierdo en los mundos que su música me hace imaginar. El arranque tuvo algún que otro desperfecto técnico, que para nada fue un problema mayor.


Daniel Bermúdez (Guitarra) presentó a la banda. “En el bajo, detrás de todo ese pelo está Nico Giorgetti.” Luego señala a Gustavo Cirigliano (Guitarra) “Gustavo jugando con los pedales” “…y Guille Carpintero en la batería.” Prosigue. 
Ellos, señores, son Epochal.

“Este es un tema nuevo, así que no podemos fallar” Dice Daniel.

Oigo un sonido de música clásica. Ni siquiera alcanzo a distinguir qué es, pero lo asocio rápidamente. Le pregunto a mi amigo “¿Que mierda es eso?”Es un convertidor de sonido” Me responde. “Ah” Le digo, y agarro mi celular para anotarlo.


El viaje siguió con Truth y Reality (Esta es la primera vez que nombro alguna de sus canciones ya que, para mí, Epochal, mejor dicho, su disco Awakening, es una obra completa indivisible, por llamarlo de alguna manera. Es decir, no reconozco canciones, solo viajo fuera de mi ser con esas melodías sin etiqueta.

Luego de tocar otras interpretaciones terminó su show que estuvo acompañado por una proyección de, por lo que alcancé a escuchar, una película perteneciente al expresionismo alemán. Cosa que nunca confirmé.