domingo, 19 de mayo de 2019

Noche de Rock Y Metal En Villa Constitución

 

Pareciera que se ha convertido en una necesidad primordial el hecho de tener que erradicarse en Buenos aires para hacer carrera en la música con el fin de vivir de ella. Por momentos pareciera que no hay otra alternativa. Lo cierto es que sí la hay, pero claro, el camino no es para nada fácil y requiere de inversión tanto monetaria como de tiempo, y también requiere un gran esfuerzo y mucha garra. Hay que construir puentes, rutas, lazos. Hay que burlar las distancias. Hay que enfocar la energía en lo que te genera real satisfacción. Hay que dedicarle la vida a lo que te da esa razón para vivirla. Esta reflexión me encontró escribiendo este artículo, que se trata de una reseña de lo que se vivió el Sábado 4 de Mayo en Villa Constitución, Santa fe, donde lxs trabajadorxs de este portal viajamos para hacer música y compartir una noche memorable junto a algunxs amigxs que estaban ahí aguardando concretar este encuentro.

El puente que se construyó en este caso unió Capital federal con San Nicolás de los Arroyos, con Villa Constitución.




Las bandas que participaron fueron cuatro: Dos de Santa fé (Fungo tartufo y Riel) y dos de Buenos aires (Poveglia y Hombre máquina antisistema)

No es lo ideal que quien haya participado de la fecha tocando sea quien escriba la reseña de lo allí vivido, pero hay varios motivos que me obligan a hacerlo. Primero, se trata de la primera vez que tocamos fuera de Capital Federal, y nada más ni nada menos que en otra provincia y junto a nuestros hermanos y referente de Poveglia. Pero no solo eso: una vez que llegamos a La posada de los muertos descubrimos que había varios factores más que nos daban la pauta que esta noche iba a ser maravillosa. Vale destacar el trato que recibimos por parte de German y Dolores, padre e hija, quienes se cargan este hermoso lugar al hombro. Y remarco lo de “hermoso lugar”, porque es difícil aburrirte ahí adentro, con tanto para ver: desde flyers de fechas, cuadros de bandas, hasta un gran cuadro con decenas y decenas de entradas de recitales, en su mayoría de Heavy metal. Si a esto además le sumamos dos proyectores, mesas de pool en el primer piso, una barra hermosa, y buena comida y birra a precios razonables, es difícil que no te enamores de La posada de los muertos.

El amplio escenario, que en unas horas iba a explotar de música para todos los gustos, se encuentra en un rincón, frente a una ventana que da a la calle. Y ya que estamos ubicados afuera y aprovechando que no lo mencioné, el cartel de “La posada de los muertos” se puede ver desde casi dos cuadras. Cuando nos acercamos nos encontramos con mesas recicladas para tomar algo al aire libre y las puertas abiertas, que te invitan a pasar.

La banda encargada de dar comienzo a la música en vivo fue el quinteto instrumental Fungo tartufo, quienes además hacían su primera presentación en vivo. Justamente por tratarse de su debut en vivo uno no esperaba que suenen tan impecable como sonaron. Pero desde el vamos podía notarse que estaban bien preparados, además de estar bien equipados también. El viaje musical que propusieron fue más que bien recibido por todxs y ya se vislumbra que el camino para este quinteto está bien marcado.

Fungo tartufo se conforma con Edu Marin, en la batería; Santiago Magni, en la guitarra; Francisco Filace, en las teclas; Ernesto Errecalde, en la guitarra, e Ignacio García, al mando del bajo.

La siguiente banda fue la recontra conocida de este portal: Poveglia, quienes debutaban en la provincia de Santa fe y lo hicieron con un show súper enérgico y cargado de adrenalina.

Pequeño detalle de color es que no venían ensayando. Aparentemente esto repercute para bien en el trío, porque los incita a dar el 200% a pura garra y corazón.

Tocaron canciones tanto de su primer disco Yersinia pestis (2015), como del más reciente Memento mori (2017). Si bien los que conocemos a este poderoso trío esperábamos las que al menos para mí son dos de sus mejores canciones (Memento mori y Receptor kappa) nos sorprendieron tocando algunas que hace años no escuchamos en vivo, como por ejemplo Persecución. 

Poveglia está conformada por Martol, en guitarra y voz, Saitam Macrett en batería, y Diego Zaccara en bajo y voz.

Siempre que toca Poveglia (o casi) llueve y esta vez no fue la excepción. Por suerte la lluvia cesó temprano y la gente eligió salir de sus casas para ir a disfrutar de una noche de música, tragos y amigxs. A esta altura el lugar tenía todas las butacas y silla ocupadas y ya se comenzaba a sentir el Thrash de Riel esperando explotar en el escenario.

Riel fue la segunda banda que jugó de local en esta noche y vaya que sí se notó, ya que un grupo de seguidores se plantaron frente al escenario a corear las letras, agitar la cabeza, hacer pogo y levantar el puño.

Riel se conforma con Nano en la voz, Coyote en la guitarra y los coros, Bruno Corvalán en la batería y Jassiel Berton en el bajo, y voz en una canción.

Su sonido, inmortalizado en sus dos discos editados: Anestesiados y Desembarco imperial, es un Thrash clásico, al estilo de Hermética, con letras contestatarias y comprometidas socialmente, mucha furia hecha música y lo más importante, mucha humildad.

De Hombre Máquina Antisistema, mi dúo, no puedo decir mucho ya que no hay material grabado y recién estamos dando nuestros primeros pasos.

Los inicios de este dúo se remontan hacia diciembre del 2016, pero no fue hasta casi dos años después que se dio el debut oficial en Noviembre del 2018. Está conformado por Nicolás Roldan (Guitarra y voz) y Chuzzo (Batería y voz).

Con respecto a esta fecha, la verdad que nos sorprendimos por cómo nos recibieron y por como recibieron nuestra música. Más allá de los aplausos y el respeto, hubo un grupo de gente que estuvo en todo momento frente al escenario dándonos aliento y levantando el puño. Sin dudas es un lindo recuerdo que nos traemos a Buenos aires y el cual nos obliga a volver algún día, ya sea para tocar o compartir otra noche de música y hermandad desde donde nos toque.

Más tarde, cuando la noche había llegado a su fin y solo quedaba retratarla en fotos, me di el tiempo para pensar e interpretar ese mensaje oculto que hay detrás de las palabras: Cuando la gente te hablaba tan cálidamente, como si te conocieran de antes, entre líneas te estaban diciendo “Acá son bienvenidos” o “Vuelvan cuando quieran”. La buena energía desbordaba el recinto, tanto por esto como por la música.

De esto se trata: de generar puentes. Puentes que van a seguir abriendo el paso, aunque la ruta sea larga y cueste tiempo y plata. El disfrute, la satisfacción de viajar para encontrarte con la misma buena energía que uno trata de repartir, no tiene precio y no hay tiempo ni plata que sea una perdida. Todo es una inversión para el arte y para el alma.


Este artículo salió publicado originalmente en Bateros argentinos.com

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