viernes, 29 de mayo de 2020

Películas que me inspiraron e impulsaron a escribir por primera vez.


Lo más lógico sería que aparezcan grandes obras del séptimo arte, pero no. Ninguna película de esta corta lista llega a tener una calificación superior a 7; con suerte llegan a un 6. Pero, para entender el porqué, es necesario entender el contexto. Hay que aclarar que crecí en una casa sin libros, por lo tanto, el cine, por más malo que sea, siempre fue mi mayor combustible y, como lo indica el título de este artículo, el impulsor de mi carrera como literato.



Cuando, en una charla, sale el tema que escribo ficción, siempre digo que la primera vez que inventé una historia y la plasmé en un papel fue cuando tenía doce años. Pero la realidad es otra. Me había olvidado por completo que fue uno o dos años antes cuando escribí mi primer cuento. Este cuento breve trataba de un chico que era poseído por su propio disfraz de Halloween y se titulaba “Un Halloween verdadero”. Por suerte nunca llegué a terminar esta atrocidad tan básica, llena de lugares comunes, clichés y horrores ortográficos. Tampoco tengo registro en papel del cual me tenga que preocupar por ocultar. Solo queda la sinopsis, que igualmente me avergüenza y por eso está muy bien guardada bajo mil llaves.

Lo que me inspiró para escribir ese cuento no es precisamente una película, sino una serie cuyos capítulos son historias independientes y auto conclusivas, por lo tanto, podría contar como un cortometraje. La serie de terror se emitía por el extinto canal Fox kids. Se llama Escalofríos y obviamente estaba dirigida a un público muy joven. Para ser más precisos, el capítulo que me inspiró se llama La máscara encantada.
Estoy seguro de que, a los que nacieron e fines de los ochenta y a principio de los noventa, se les está piantando un lagrimón al recordar esta serie.



Ahora si es momento de hablar de la primera película que me inspiró para escribir. Corría el año 2000 aproximadamente. Recuerdo que estaba solo en mi casa esa tarde/noche. Sin embargo, tratándose de una película de terror, no logró erizarme ni un solo pelo. Pero sí logró hacerme volar la imaginación. Cuando la película terminó me sentí tan inspirado que agarré una pequeña libreta y un lápiz, y escribí mi primer cuento. Si es que puedo realmente adjudicarme la autoría de una historia que estaba compuesta, en un noventa por ciento, por escenas de aquel largometraje que supuestamente debía causar miedo.

Entonces, la primera película de la lista es Sé lo que hicieron el verano pasado.
Como mencioné anteriormente, siempre solía decir que escribí mi primer cuento a mis doce años. Y es que a este recuerdo lo tengo muy fresco porque, a diferencia de mi primer y segundo manuscrito, a este aún lo tengo guardado y atesorado.
Este cuento es bastante extenso y tiene una historia con unas vueltas de tuerca muy buenas para estar pensadas por un chico de doce años. Lamentablemente está sin terminar y la verdad dudo mucho que lo termine alguna vez.
Se llama Amilcar y trata sobre las vivencias de un chico de doce años con ese nombre, que tuvo que irse a vivir con sus abuelos al campo, tras la repentina muerte de sus padres en un accidente de tránsito.

Aprovechando que no tengo intenciones de retomar la escritura de este cuento, voy a revelar de qué trata: Trata de un chico muy curioso e introvertido al que le gusta hacerse preguntas y respondérselas él mismo, tras llevar a cabo una investigación. Luego de unos meses conviviendo con sus abuelos se hace amigo de un extraño hombre que vive en el medio del bosque. Al principio el hombre descarga su hostilidad con Amilcar, motivo por el cual este lo toma por loco y decide no volver a acercarse hasta su casa. Luego comienza a atar cabos sobre las cosas extrañas que venían sucediendo y decide creerle al extraño hombre para comenzar a investigar bien a fondo.

La vuelta de tuerca de la que hablé antes, es que sus abuelos eran, además de asesinos, asquerosos caníbales que mantenían personas encerradas en el sótano, entre las cuales se hallaba su propia Bisabuela parapléjica y sorda. En fin, la historia es más intrincada que lo que alcanzo a contar acá, solo que no quiero extenderme demasiado ya que en este post quiero hablar de las películas que me inspiraron para escribir, no de los cuentos en sí.

La película que me inspiró para crear esta terrorífica historia es The pasión of Darkly Noon.
A partir de acá, es imposible seguir enumerando las películas que me inspiraron, porque escribir ya se había vuelto un hábito casi cotidiano, por lo que encontraba inspiración casi en cualquier cosa. Pero lo que sí puedo asegurar, es que un gran porcentaje de películas que siguieron alimentando mi imaginación, son del género Terror, por si cabe alguna duda. Todas las películas que me traumaron de chico, después me ayudaron a crear historias, pero este ya es un tema para otro artículo que podría llamarse Las películas que traumaron mi niñez.

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