Si la noche
del 29 de Julio hubiese caído a Club V
cual paracaidista, no me hubiera costado demasiado tiempo darme cuenta de quién
podría llegar a tocar. ¿El motivo? Entre el público, que por cierto llenó cada
rincón del recinto, había muchísimos músicos. Entre ellos, por ejemplo, pude
reconocer a integrantes de Pulpo negro,
Poveglia, Güemes, Katalepsia, Sutrah, Barbarie, Malicia, Camiones en la casa, Poseidotica y Banda de la muerte. ¿Acaso esto significa algo? Claro que sí.
Significa que, sea lo que sea que iba a pasar arriba del escenario, estaba a la
altura de oídos bien entrenados y afilados. El público colmó el lugar
religiosamente como cada vez que se presenta Sauron, incluso más. Porque créanme que se complicaba hasta ir a la
barra a comprar algo para tomar.
Y ya que
hablamos de tomar, podría decir que Sauron es el trago perfecto para el
invierno: Son como un Whisky añejo de 25 años que puede ser saboreado por
cualquier paladar, pero que solo los mejores catadores podrán disfrutar al
máximo su sabor y, dejando de lado las metáforas, su arte.
Como
mencioné antes, Club V está repleto y clama, suspira, late por la legendaria
banda.
Los
primeros en aparecer en el escenario, mientras sonaba Stranger in the night, de
Sinatra, fueron Hernán Zicarelli (Bajo)
y Claudio Fazio (Batería). Luego fue
el turno de JB Larralde (Guitarra).
Aproximadamente
a la una de la madrugada apareció El
pato Larralde con un vino en mano y luciendo unos lentes, por los que más
tarde bromearía al pedir perdón:
“Es que me quiero parecer al cantante de Los Antiguos”
Una vez
terminado El árbol caído II (El color que cayó del cielo), canción
con la cual suelen abrir sus presentaciones, siguieron con La luz mala (Sobrenatural)
y después metieron tres al hilo de uno de sus mejores discos, editado hace nada
menos que diez y ocho años: El color que
cayó del cielo.
Dichas
canciones fueron Madura el limón, la
segunda fue la que le da el nombre al disco, y la tercera es una que, según
palabras del Pato, hace mucho que no tocaban: Al conocerse.
Como es
costumbre, El pato le dedicó unas palabras al público presente y agradeció por
llenar el recinto.
Así como
hicieron un breve repaso por su segundo disco, ahora es momento de llevar los
oídos de los viejos seguidores al 2009, año en el que se editó su cuarta y muy
bien criticada placa, La guerra del
fuego.
Las
canciones de fueron los tracks 1, 5 y 7. Mis
demonios, El cuento del fin del mundo y Niño lobo, respectivamente.
Las luces
del escenario se apagaron y las piezas sobre el mismo comenzaron a moverse. Los
músicos subieron a tomar un respiro mientras que el público aprovechó esos
minutos de receso para acercarse a la barra.
En esta
parte aprovecho para sumar mi experiencia al ver a esta banda por quinta vez.
Como siempre, me mantengo un tanto aislado, pero cerca de todo, alerta. Estoy
ahí, medio oculto, camuflado y preparado para escuchar las críticas y las
opiniones variadas del público. Más allá de que la gran mayoría de la gente era
público habitual de Sauron, habían otros que no. Como por ejemplo esa persona
que llevó a un amigo al cual le daba todo tipo de detalles sobre cada canción
que iban tocando.
“Esta canción tiene como veinte años” “Esta es
un himno”
Por otro
lado, estaban los que más la agitaban al sentir las canciones y las
interpretaciones bien a flor de piel. Los que gritaban canalizando tanta
euforia y los que debatían casi filosóficamente sobre el show y sobre la
extensa trayectoria del cuarteto.
En la
segunda parte del show, hicieron un repaso más exhaustivo pasando por toda su
discografía. Desde Cruces y Mensajes del viento, de su disco
debut, allá por 1997, hasta Esos tipos
y A la distancia, canciones que
serán parte de su próximo disco Los ojos
del cuadro. No si antes pasar por su, hasta el momento, último disco El último árbol sobre la tierra, con
dos canciones como La mueca del
dominante y Humo eléctrico, y
por La guerra del fuego, con Pus de león y Conjuro.
Fueron un
total de 16 canciones. 2 de su disco homónimo (1997), 4 de El color que cayó
del cielo (1999), 1 de Sobrenatural (2003), 5 de La guerra del fuego (2009), 2
de El último árbol sobre la tierra (2012) y 2 canciones hasta el momento
inéditas, más allá de que las vienen tocando desde fines del año pasado.
Justamente antes de retirarse del escenario, El pato se refirió a esto:
“Nos vemos en la próxima, si Dios quiere, con
disco nuevo”
Sauron colmó
club V. Sauron lo hizo de nuevo.
Este artículo fue publicado originalmente en Bateros argentinos.com
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