El paro de trenes, y la ruta 1, acceso a la ciudad de
las diagonales, colapsada lograron que por primera vez llegue tarde a un
recital de tal magnitud. Pero no me lamenté por ello ya que gracias a este
hecho pude apreciar, desde las inmediaciones del estadio, al mismo vibrando y
latiendo bajo los pies del fervoroso público mientras le daban la bienvenida a
una banda que, hace ya varios años, adoptamos y le dimos un lugar en nuestros
corazones.
Sin ser un seguidor acérrimo de Pearl Jam, una vez dentro del estadio, sentí el clima emotivo
penetrando en mi piel y en mi pecho, y erizándome los pelos.
A los verdaderos fanáticos la euforia y la emoción le
brotaron de sus ojos en forma de lágrimas. A medida que avanzaba tratando de
hacerme lugar en lo que Eddie describió hace unos años como "una sábana
gigante agitándose" veía más personas emocionadas, prácticamente
desbordadas de felicidad. Realmente son muy pocos los recitales en los que
recuerdo haber visto a tanta gente en este estado tan natural de ebullición. Y
no es para menos.
Pearl jam dio todo de sí. No fueron solo 33 canciones.
No vinieron a cumplir con una fecha nada más. Se comprometieron como lo hacen
siempre que pisan nuestro suelo. Se pusieron la camiseta y salieron dispuestos
a hacer valer cada peso que la gente había invertido en ellos, cada hora de
espera pegados a las vallas, cada kilómetro recorrido en busca de un sueño.
Sueño que se materializó para muchos, que se repitió para otros y que sin dudas
quedará grabado en las retinas, en los oídos y en los corazones e todos ellos
como la mejor noche de sus vidas.
Nos hicieron saltar con Do the evolution, Once, Even flow y I believe in miracles, el himno de los Ramones con el que el estadio literalmente vibró de pasión.
Nos hicieron emocionar con su versión de Imagine de Jhon Lennon a quien agradeció por haberlo guiado con su música
(Momento épico) y con baladas como Black
y Better man.
Nos sorprendieron con su versión de Baba O`Riley de The Who. Y no faltaron los clásicos Jeremy, Given to fly y Alive, entre otros. Pero eso no fue
todo.
Es sabido que el público siempre espera, más allá de
su propuesta artística, las hermosas y sinceras palabras de Eddie Vedder cuidándonos y agradeciéndonos por tanto afecto.
Y Eddie siempre cumple.
"Con tantas chicas en las vallas en este momento
y tanta gente respetándolas, parece que vamos bien". El estadio estalló en
aplausos cuando, luego de éstas palabras, el gran Eddie mostró un cartel con el
lema "Ni una menos".
Nos dijo que tenemos una ciudad hermosa y que sus
corazones desean siempre volver. También nos dijo que somos “su banda favorita”
y, para coronar una noche inolvidable, nos prometió que volverán el próximo
año.
Gracias Eddie,
Mike, Stone, Jeff, Boom y Matt por darnos el privilegio de recibir todo su amor y su
invaluable arte. De más está decir que es mutuo.
Por Chuzo
Bien Chuzooooo
ResponderEliminarVamoo Charlee!!
EliminarChuzzo y La Perla un solo corazón!
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