Los grandes telones rojos, cual puerta de la caja de
pandora, tapaban lo que luego interpreté como el mismísimo infierno.
Tras 10 años de espera, en los que los fanáticos
fueron testigos de una ruptura en la formación original, de la triste muerte de
Paul Grey y de la posterior separación, hasta llegar a la mejor y más reciente
noticia; la reunión y el lanzamiento de un nuevo disco (homenaje a Paul),
Slipknot volvía a pisar Buenos aires.
Mientras el público aprovechaba para calentar motores
de la mano de Iron maiden sonando en los parlantes, las luces se apagaron.
Comenzó a sonar XIX, tercer corte difusión de su último disco: 5 The grey
chapter, y durante unos segundos se pudo sentir toda la euforia del público a
punto de estallar. Los telones se abrieron y la caja de pandora dejó escapar
todos los males del mundo. La gente explotó en un solo grito y mis sospechas se
esfumaron; el infierno es hermoso.
Nueve músicos en escena. Dos guitarristas, un bajista,
un baterista, un Sampler, un DJ que en sus ratos libres hacía las veces de
showman; corriendo; saltando; escalando lo que se le interponía en su camino y
hasta flameando, bien en lo alto del escenario, la bandera Argenta, dos
percusionistas que; subidos en esas plataformas que se elevaban a unos 3
metros, la agitaban en todo momento, y por último la voz de Corey Taylor que te
puede convencer hasta cantando el arroz con leche.
Como si tener nueve músicos creando arte para nuestros
oídos fuera poco, los juegos de luces y las grandes columnas de fuego se
encargaban de deleitar a nuestros ojos. Y por último, detrás de semejante
puesta en escena, se imponía la estatua de la cabra endemoniada que adoptaron
como símbolo y como mascota. ¡Una belleza!
Ni siquiera recuerdo cual fue la duración del recital.
Solo sé que disfruté al máximo de una banda que está en la cima de su carrera.
A unos músicos más finos y profesionales que plasmaron dicha evolución en su
último disco del cual sonaron, XIX; el mencionado homenaje a Paul Grey, AOV,
Custer, Killpop, Sarcastrophe y The Devil in I.
Claro que no faltaron los clásicos: Psychosocial, Wait
and bleed, Duality, Disasterpiece, y el que creo, casi sin riesgo a equivocarme,
fue el momento cumbre de la noche: People = Shit.
Si fuiste porque te sobraba la plata y creíste que era
una buena inversión (Lo fue) estoy seguro de que te enamoraste de ésta banda.
Si sos seguidor de Slipknot no tengo dudas de que fue el mejor recital de tu
vida. Y si antes te gustaba Slipknot y creíste que era una banda que tenías que
ver (y acá me incluyo), no tengo dudas de que éste recital fue un punto de giro
en tu vida, musicalmente hablando. Y si no fuiste... bueno, es una pena porque
valió cada peso.
Inolvidable es, sin dudas, la palabra que elijo para
describir la noche que viví 3 de octubre del 2015 en G.E.B.A. No solo por lo
musical y por la descarga de energía que esto requiere (Llámese catarsis,
desahogo, etc.) o por el espectáculo visual que desconocía. Sino también
porque, después de tantos recitales y de tanto esperar, pudimos ligar junto a
mi compañera de incontables pogos …¡algo!
Una de las baquetas de Shawn Crahan (el que se esconde
detrás de la máscara de payaso y la agita todo el tiempo). Acá abajo está
nuestro gran trofeo junto a la remera de Bateristas Argentinos.
Gracias a Slipknot por brindarse al máximo y dejar
este recuerdo imborrable en las memorias de todos los que tuvimos la
oportunidad de ir.
Sporco
No hay comentarios:
Publicar un comentario