martes, 11 de abril de 2017

Metallica y su inyección de Metal en el Lollapalooza 2017





Minutos antes de las 22 arrancó el show de la banda más grande de todo el festival, pero debido a que estaba distraído, no recuerdo si cargando la botella de agua o comprando comida, no me percaté de ello.

Ni bien me di cuenta me acerqué hasta la gran masa de metaleros que se amontonaban en el Main stage 1, donde estaba sonando ese tremendo riff de Atlas, rise!, canción que integra Hardwired… to self-destruct, su flamante último disco que se convirtió en la excusa más que perfecta para girar por Latinoamérica y por el resto del mundo.

- ¡Buenísimo! –Dijo James Hetfield en español para luego seguir hablando en su lengua natal. – ¿La están pasando bien? No nos importa quienes son, de donde son, que banda vinieron a ver, su religión o su ideología política. Ahora están acá y son parte de la familia de Metallica. Así que bienvenidos. Join us! For whom the bell tolls!

La banda de metal que apunta a ser talvez la más reconocida a nivel mundial se presentó en la cuarta edición del festival mejor organizado del planeta… bueno, no es que conozca tantos en realidad, pero sin dudas que está entre los mejores.

Señoras y señores ¡Metallica en el Lollapalooza 2017!

 

Recién al día siguiente me enteré que habían roto el hielo con Hardwired, también del último disco, y que anteriormente había sonado The ecstasy of gold (Soundtrack de El bueno, el malo y el feo), de Ennio Marricone. Mi distracción me salió cara.

Esta crónica ya comenzó, pero retrocedamos varias horas para poder contarles todo desde un principio. Para mí todo comenzó a las 13:30 hs cuando salí rumbo a Retiro, donde iba a encontrarme con un grupo de amigos. Debido a que se demoraron un poco, pude ver como salían trenes y trenes cargados de metaleros y de gente de un palo totalmente distinto como la electrónica o el pop, o bien podría decir gente “normal” vestida sin las remeras negras o las tachas, y tipos sin el pelo por la cintura. Aunque esta unión no sea tan fraternal como la que se da cuando se comparten los gustos y la pasión, podría decir que es hermoso ver como la música une a personas tan diferentes (al menos en un tren).

Después de tres años volvía a ver a Metallica en vivo, esta vez en un contexto totalmente diferente a aquella segunda fecha de La plata, en el 2014.

Ya quedó claro que Metallica apunta a ampliar su público tocando en eventos de gran popularidad como la entrega de los Grammy, junto a una artista que nada tienen que ver con el metal, como Lady Gaga. Ahora también se sumaron a la grilla del Lollapalooza de Argentina, Chile y Brasil. Esta decisión podrá ser cuestionada hasta el hartazgo por los metaleros de sangre, pero es totalmente respetable si tenemos en cuenta que Metallica sigue siendo Metallica (Al menos desde el 90 para acá). No se vendieron para meterse en los oídos de la gente que no es del palo, sino que abrieron un poco más la cabeza y dejaron los prejuicios de lado en su búsqueda por romper records. ¿Acaso queda alguno que no hayan roto?

James –“Fortune fame mirror vain gone insane 
But the…”
Público- “memory remains!!”  

The memory remains, del disco Reload fue la cuarta canción de la noche. Fue, además, la canción con la que James Hetfield jugó a ser un director de orquesta con la gente.

Cabe aclarar que la gente (como siempre) fue el quinto integrante, coreando cada verso y riff, rompiéndose las gargantas y el pecho cada vez que los de arriba se expresaban con música o con palabras.

Cuando el silencio fue interrumpido por ruidos de disparos, aviones, helicópteros y explosiones la gente ya comenzó a drenar adrenalina. Pero cuando se encendieron las pantallas que nos mostraban las siluetas de soldados caminando y comenzaron a sonar los primeros punteos de One, la gente estalló y comenzó a cantar a la par de la guitarra de James.

One es una de esas canciones que no hace falta ser metalero para conocer. La joya del disco …and justice for all te puede sonar del juego Guitar hero, o puede ser que la conozcas por retratar de una manera muy cruda, ya sea por la letra o por el video-clip, las secuelas que la guerra deja en el ser humano. One es una de esas canciones que se convierte en leyenda y traspasa los límites del ámbito musical para convertirse en pura filosofía.

Al terminar los más de siete minutos de esta obra de arte, James Hetfield habló de nuevo.

- Oohhhhhoo. Metallica feels good to night (lo pongo en inglés porque no se cuál es la traducción gramaticalmente correcta). Estamos agradecidos de estar acá esta noche después de treinta y seis años y poder ver qué tan grande es nuestra familia. Nosotros venimos a tocar, no puedo creer que esto todavía siga pasando. Es un sueño hecho realidad para nosotros.”

Luego de una pausa, prosiguió. - Entonces… vamos a tocar algo más de Hardwired… to self-destruct. Ok. Hey! ¿Están vivos?... ¿ESTÁN VIVOS?? ¡¡Pero, si querés vivir para siempre primero tenés que morir!!

De esta manera continuaron con dos del último disco: Now that we´re dead y Moth into flame.

Llegó el turno del segundo tema de …and justice for all, se trató de Harvester of sorrow seguido de la quinta y última presentación de un tema del último disco, Halo on fire.

A su término, Robert Trujillo se acercó al micrófono.

- Hola… Argentina.

Luego de saludar, nos introdujo a todos en diferentes climas creados a través de su bajo al tocar Anesthesia(Pulling Teeth) en un lindo homenaje a Cliff Burton. Graves + distorsion, luego un breve Slap bien a su estilo y para finalizar le sumó un Wha-wha a su sonido.

La siguiente canción, debido a la técnica y la velocidad que requiere su interpretación, es una de esas   que sirven para demostrar que James Hetfield, Kirk Hammet, Lars Ulrich y Robert Trujillo siguen en vigencia y los años no han hecho gran mella en ellos: Hit the lights.

- Lars me dijo que nunca habíamos tocado esta canción en Buenos aires. –Dijo James que luego de la eufórica respuesta de la gente prosiguió, como si se tratara de una deuda pendiente. – Ahora lo hicimos.

Luego de una hora y diez minutos de comenzado el show, llegó el momento de tocar una de las obras más reconocidas a nivel mundial: Sad but true, de su disco homónimo de 1990. Es imposible que no se te ponga la piel de gallina al ser testigo y participe del aliento y del aguante de momentos como estos: decenas de miles de personas coreando la misma canción que vos y dejando el alma en cada grito y en cada salto… en cada pogo.

“I'm your dream, make you real
I'm your eyes when you must steal
I'm your pain when you can't feel
Sad but true!”

¿Cómo se hace para seguir tan arriba después de semejante canción? Fácil, con otra canción que te haga sentir exactamente lo mismo. Hablamos de otra del “Disco negro”, Wherever i may roam.

Cuando todavía quedaba sonando alguna nota de dicha canción, se dibujó una sonrisa cómplice en el rostro de James. Sonrisa que mantuvo durante unos segundos y que, a más de uno, lo hacía sospechar lo que se estaba por venir. Los que creyeron que lo que se venía era Master of pupets, acertaron. Pero, incluso para ellos hubo también una sorpresa: el memorable solo de Kirk Hammet de la canción del mismo álbum Disposable héroes.

Llegó el momento de bajar un cambio con Fade to black para más tarde meter quinta a fondo, no sin antes pedirnos encarecidamente que nos preparemos.

- Ahora vamos a necesitar que canten un poco más fuerte. Porque… ¿Conocen el álbum Kill ´em all? - Ante la obvia respuesta de la gente James respondió. – Entonces, cuando yo digo Seek…! -and destroy!! –Respondieron las decenas de miles de personas preparándose para dejar todo en el campo con el clásico de clásicos.

De esta manera llegamos al breve descanso para tomar aire y recargar energías para el final que se aproxima.

Fight fire With fire, de Ride the lightnings nos fue marcando el final que fue exclusivo del disco que hizo un quiebre en la extensa y exitosa carrera de la banda, allá por 1991.

Nothing else mattets hizo viajar a los miles de fanáticos por climas más melódicos, lejos de las tormentas thrasheras de los inicios.

Después de la balada, el himno. Enter sandman.

En esta parte las palabras no alcanzan. Los adjetivos no llegan a expresar lo suficiente y las metáforas que pueda llegar a utilizar no describirían con exactitud el momento. Por eso, dejo el cierre en formato audio-video. Para que no solo lean lo que pasó, sino que lo vean, lo sientan y lo revivan.

 

 

Este artículo fue publicado originalmente en Baterosargentinos.com

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