Se cumplió
un año del lanzamiento de El arte de
matar, el tremendo disco debut de Pulpo
negro que recientemente los ayudó a ser elegidos como banda revelación en
la encuesta realizada por la revista Jedbangers.
Con Poveglia y Güemes como invitados, la noche prometía más ruido del que
cualquier ser normal pudiera soportar. Por eso, el lugar elegido para albergar
esta fiesta organizada por Club calavera
fue Club V, y claro, Bateros argentinos y Mondo Sporco dieron el presente.
Entrada la
media noche arrancó Poveglia con el tema que abre su único disco: Yersinia pestis. La segunda canción de
la noche es la que también ocupa el número dos en el disco, se trata de La configuración de los lamentos.
Luego continuaron con El centro del
universo.
Teniendo en
cuenta que es la tercera vez que me toca escribir sobre ellos (La segunda en
este medio) ¿Qué puedo decir sin ser repetitivo? Aunque, como dice una famosa
filósofa argentina, “El público se renueva”, la respuesta se da por sí sola
porque este fue, como le dije luego a Martol
(Guitarra y voz), su mejor vivo. Anteriormente había dicho que sonaron
afiladísimos. Entonces ¿Qué adjetivo debería usar ahora siendo que sonaron aún
mejor?
Poco
importa la palabra que use, el punto ya se entendió. Por otro lado, apelando a
la reflexión de dicha filósofa, debo decir que Poveglia es una banda que
alterna la oscuridad con la melodía, las voces graves con las agudas, la
oscuridad con la potencia y la densidad con la velocidad. En lo que no tienen
contrastes es en la contundencia.
Poveglia
tiene tres años de existencia, pero esta formación lleva más o menos un año
junta, siendo Matías Macrett
(Batería) el último en sumarse a Diego
Zacarra en bajo y voz y al antes mencionado Martol. Este último fue quien
se encargó de dialogar con el público.
“Tenemos un disco que se llama Yersinia pestis (2015) y este tema,
como todos los anteriores, forma parte de él. Se llama La negatividad y tiene un golpe polémico”
Es cierto
que el disco completo es una obra de arte, pero La negatividad se lleva todos
mis elogios. Pero a no conformarse con la versión de estudio porque el vivo
logra sacudirte absolutamente todos los sentidos.
También
tocaron Las huellas, Decúbito prono y cerraron con su “hit”
(que palabra tan fea para usar en este ámbito, pero no se me ocurrió otra) La ciudad sin nombre.
Mientras Güemes se estaba acomodando y probando
sonido, nos dieron un adelanto del sonido que se venía.
La joven
banda de metal duro, que a la 1:10 hs arrancó lo que fue su segunda presentación
en vivo, está integrada por Miguel
A. Maciel a cargo de las voces, Alex
Martín en guitarra, Sebastián Maguna
en bajo y Rama Escobar en batería.
Podría haber entrecomillado la parte de “joven banda”, no por la banda en sí, sino por sus
integrantes que tienen una gran trayectoria y una espalda bastante grande por
formar parte de bandas como Mastifal y Lesa humanidad.
El riff de
la canción con la que abrieron su presentación todavía está resonando en mi
cabeza. Por otro lado, destaco la velocidad, la precisión, la voz de Maciel y
la técnica de un baterista que a puro doble pedal te obligaba a agitarla con el
puño bien cerrado y en alto.
“Buenas noches, nosotros somos Güemes. Gracias
por invitarnos a ser parte de esta fecha”
La gran
descarga de poder siguió rompiendo cabezas. Y aunque se trate de una banda
joven, por los motivos que mencioné antes, parecían ser una banda con un largo
camino recorrido ya que tenían un público que la agitó en todo momento y hasta
remeras en venta.
“Se nos van acabando los conejos de la galera”
Dijo Maciel cuando su presentación
se acercaba al final, y yo me imaginé a un conejo metalero revoleando las
mechas… Pero bueno, volviendo al mundo real, más tarde anunciaron una fecha en
Claypole, homenajearon a la banda más grande del Heavy metal nacional (Hermética, por si no quedó claro) y
cerraron con una canción llamada Sangre
negra.
No fue
magia, fue metal.
Pulpo negro
se destaca no solo por su sonido arrollador y sus letras de protesta, sino
también por ser la única banda que crea sus propios memes. Ya sé que estamos
acá para hablar de música ¡Pero los memes son los memes!
Pulpo negro es Max Jones (voz) Pablo Krause (guitarra) Damian Masulli (guitarra) Sebastián Persec (bajo) y Pablo Iacovone (batería). Y ya que el
disco es el gran protagonista de la noche, vale remarcar que está grabado
por Sebastián Barrionuevo en FDM Studios.
El arte de matar es un disco que
cuenta con todo lo necesario, incluida una intro llamada Las entrañas de lo vedado a cargo de la voz del Pato Larralde, que te pone en contexto.
“No se anticipa el
comienzo
No sabemos el final
Nos urge descubrir las entrañas de lo vedado
La mente puede ser un universo o una prisión
No hay espacio entre el bien y el mal
Sólo el momento donde se clava el puñal
Ocultos bajo el arte de matar”
Dura treinta segundos y tiene las
intenciones de amortiguar un poco el golpe. Si no te preparaste para Pantano, jodete.
Nos trasladamos al vivo del Pulpo
para apreciar de mejor manera el gran rango vocal que tiene Max. No la caretea
arriba del escenario, los graves y los agudos que tira son los necesarios y son
más que precisos.
La descarga de energía, por lo musical y por lo lírico, generan algo que
Max remarcó de esta manera.
“Lo
bueno es generar locura en movimiento”
Aunque lo que hacen no sea apto para cualquier oído, hay, dentro del metal,
para todos los gustos. Hay quienes puedan disfrutar de los machaques a un tempo
alto, hay otros que tal vez se pierdan viajando en solos de guitarra como el de
Cosechando tormentas o Nómade, tal vez algunos disfruten de la
distorsión y la voz rasposa, etcétera. Yo particularmente disfruto, más allá de
la música, de las letras que se manifiestan en contra del sistema y de la
religión (en todo caso del fanatismo religioso).
También tocaron los demás temas que integran
el disco: Demonios, Predicador y Hordas.
El motivo de la fecha era celebrar el aniversario de su disco debut y por
lo tanto era obvio que iban a tocar los 6 temas que lo integran, pero hace unos
días había visto que hace uno o dos años habían hecho un cover de una de mis
bandas predilectas. Pero no, no tocaron We
die Young de Alice in chains. ¡Hubiera
sido hermoso! (Alice in chains no lo tocó cuando vinieron en el 2013)
La celebración dejó marcas en los presentes que colmaron Club V. Fue un
show de esos que quedan grabados en la memoria porque, a pesar de que la
capacidad del lugar no sea muy exagerada, los que se hicieron presentes se
encargaron de sonar como si fueran el doble de personas. Hubo algunos que se
subieron al escenario para cantar algunos versos, y otros que hicieron mosh.
El público, las bandas invitadas y los agasajados se brindaron para que la
noche sea lo que merecía. Y nosotros, desde este humilde lugar, nos encargamos
de retratarlo.
Este artículo fue publicado originalmente en Bateros argentinos.com (2017)
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