Como cada
año nuevo, me vine hasta Entre ríos, la tierra que me vio crecer, para tomarme
mis vacaciones en familia.
En una de las primeras cenas de este año en mi antigua casa comí, entre otras cosas, una ensalada de tomate y cebolla. Aunque suene loco, el tomate despertó en mi paladar los sabores de la nostalgia trasladándome catorce, quince años atrás. En un principio no supe de qué se trataba. ¿Será que mis papilas gustativas se despertaron por liberarme del stress de Buenos aires? No lo creo. ¿Será tal vez que la ensalada estaba muy bien condimentada? Muy difícil. A menos que exista un aderezo con el sabor natural del tomate.
La
respuesta a mi inquietud estaba en el patio de mi casa, más precisamente en la
quinta orgánica de mi viejo y en esos tomates libres de productos químicos.
Pero, ¿Por qué me había olvidado del verdadero sabor del tomate?
En este
punto te estarás dando una idea de sobre qué trata este artículo. Pero, si
crees que es sobre el sabor del tomate, te digo que no, esto solo me sirvió de
conflicto introductorio, por llamarlo de alguna manera. Tampoco quiero hablar
de la importancia de tener una quinta orgánica en el patio de tu casa… en
cierto punto sí, pero es que el tema de fondo es tan grande, tan importante y
tan grave que es imposible centrarse en un tema tan minúsculo. Esto va más
allá. Este no es el problema de una familia. No es solo el problema de una
ciudad, ni de una provincia, ni siquiera de un país. Este problema se extiende
por todo el planeta. Se trata del genocidio silencioso de magnitudes globales que
se está llevando a cabo desde hace décadas y del que nosotros, los argentinos,
formamos parte, no solo como víctimas, sino también como victimarios. Bueno, no
precisamente somos nosotros los victimarios, sino nuestros líderes. Fueron
ellos quienes los dejaron entrar y ponerse cómodos como si esta fuera su casa. Y además les permitieron usar libremente productos altamente tóxicos como
si la salud y la vida de la gente y de la naturaleza fueran negociable$.
Bueno,
basta de misterios. Hablo de Monsanto, o MonSatán,
como suelen llamarlo en Europa.
La triste
realidad muestra que hoy por hoy es muy difícil luchar contra ellos.
Simplemente porque es muy difícil librar una batalla justa contra el mismísimo
poder. Es muy difícil informarse correctamente cuando son ellos los titiritero$
de los medios de comunicación. Es más difícil aún que los funcionarios escuchen
nuestros reclamos teniendo la facilidad de cobrar por ignorarlos.
No es mi
intención dármela de periodista y escribir un documento súper detallado sobre
lo que es Monsanto copiando y pegando artículos. Prefiero servir de nexo y
acercarle los informes y documentales de la gente que sí tiene las herramientas
necesarias como para llevar a cabo una investigación de este tipo.
Pero antes, quiero dejar un listado de algunos de los productos más peligrosos creados por
esta corporación genocida:
- Agente naranja:
Junto a la empresa DOW Chemical
crean el Agente naranja, un producto deforestador utilizado por el ejército de
Estados unidos en la guerra de Vietnam. Se estima que causó alrededor de 60.000
muertes, además de malformaciones genéticas en bebes y enfermedades
irreversibles en quienes fueron capaces de sobrevivir a este veneno.
- Roundup (Glifosato): Es un herbicida altamente tóxico que los argentinos conocemos muy bien.
- Aspartamo: Es
un edulcorante artificial creado por G.D
Searle and Company que años más tarde sería adquirido por Monsanto. Diferentes
estudios demostraron que produce cáncer, entre otras tantas enfermedades.
- rBGH (Hormona de crecimiento bovino): Esta hormona modificada genéticamente se
inyecta en las vacas lecheras para que produzcan más leche. ¿Efectos
secundarios? Produce una inflamación en las ubres de la vaca. Dicha inflamación
luego se infecta y segrega pus que entra directamente en contacto con la leche
que consumimos. Esta leche produce cáncer de mama, de colon y de próstata.
- OGM (Cultivos genéticamente modificados): Dejé para lo último al culpable de modificar
hasta el sabor del tomate. Los cultivos genéticamente modificados son
resistentes al herbicida glifosato. Lo que no quita que este veneno quede impregnado
en los cultivos que después sirven de alimento tanto de ganado como de los
seres humanos. ¿Hace falta que diga lo que produce este veneno en nuestro
organismo? CÁNCER.
Ahora sí, más abajo dejo los videos de estos documentales que ahondan un poco más en este tema que tiene
a la sociedad y al mundo tan preocupados.
Hambre de soja.
Este documental del 2004 muestra cómo impactó en nuestro país el uso de Glifosato.
Informe de CQC (2012)
Muestra el impacto de los agroquímicos en Córdoba
Informe del Periodista venezolano Miguel Perez Pirela
Glifosato: Lérbicida nouce alla salute del mondo
Informe de la TV italiana (2016) sobre el impacto por el uso de Glifosato en nuestro país
Chuzzo
No hay comentarios:
Publicar un comentario