martes, 10 de enero de 2017

El verdadero sabor del tomate

Como cada año nuevo, me vine hasta Entre ríos, la tierra que me vio crecer, para tomarme mis vacaciones en familia.





En una de las primeras cenas de este año en mi antigua casa
 comí, entre otras cosas, una ensalada de tomate y cebolla. Aunque suene loco, el tomate despertó en mi paladar los sabores de la nostalgia trasladándome catorce, quince años atrás. En un principio no supe de qué se trataba. ¿Será que mis papilas gustativas se despertaron por liberarme del stress de Buenos aires? No lo creo. ¿Será tal vez que la ensalada estaba muy bien condimentada? Muy difícil. A menos que exista un aderezo con el sabor natural del tomate.
La respuesta a mi inquietud estaba en el patio de mi casa, más precisamente en la quinta orgánica de mi viejo y en esos tomates libres de productos químicos. Pero, ¿Por qué me había olvidado del verdadero sabor del tomate?

En este punto te estarás dando una idea de sobre qué trata este artículo. Pero, si crees que es sobre el sabor del tomate, te digo que no, esto solo me sirvió de conflicto introductorio, por llamarlo de alguna manera. Tampoco quiero hablar de la importancia de tener una quinta orgánica en el patio de tu casa… en cierto punto sí, pero es que el tema de fondo es tan grande, tan importante y tan grave que es imposible centrarse en un tema tan minúsculo. Esto va más allá. Este no es el problema de una familia. No es solo el problema de una ciudad, ni de una provincia, ni siquiera de un país. Este problema se extiende por todo el planeta. Se trata del genocidio silencioso de magnitudes globales que se está llevando a cabo desde hace décadas y del que nosotros, los argentinos, formamos parte, no solo como víctimas, sino también como victimarios. Bueno, no precisamente somos nosotros los victimarios, sino nuestros líderes. Fueron ellos quienes los dejaron entrar y ponerse cómodos como si esta fuera su casa. Y además les permitieron usar libremente productos altamente tóxicos como si la salud y la vida de la gente y de la naturaleza fueran negociable$.

Bueno, basta de misterios. Hablo de Monsanto, o MonSatán, como suelen llamarlo en Europa.
La triste realidad muestra que hoy por hoy es muy difícil luchar contra ellos. Simplemente porque es muy difícil librar una batalla justa contra el mismísimo poder. Es muy difícil informarse correctamente cuando son ellos los titiritero$ de los medios de comunicación. Es más difícil aún que los funcionarios escuchen nuestros reclamos teniendo la facilidad de cobrar por ignorarlos.

No es mi intención dármela de periodista y escribir un documento súper detallado sobre lo que es Monsanto copiando y pegando artículos. Prefiero servir de nexo y acercarle los informes y documentales de la gente que sí tiene las herramientas necesarias como para llevar a cabo una investigación de este tipo.

Pero antes, quiero dejar un listado de algunos de los productos más peligrosos creados por esta corporación genocida:

Agente naranja: Junto a la empresa DOW Chemical crean el Agente naranja, un producto deforestador utilizado por el ejército de Estados unidos en la guerra de Vietnam. Se estima que causó alrededor de 60.000 muertes, además de malformaciones genéticas en bebes y enfermedades irreversibles en quienes fueron capaces de sobrevivir a este veneno.

Roundup (Glifosato): Es un herbicida altamente tóxico que los argentinos conocemos muy bien.

- Aspartamo: Es un edulcorante artificial creado por G.D Searle and Company que años más tarde sería adquirido por Monsanto. Diferentes estudios demostraron que produce cáncer, entre otras tantas enfermedades.

- rBGH (Hormona de crecimiento bovino): Esta hormona modificada genéticamente se inyecta en las vacas lecheras para que produzcan más leche. ¿Efectos secundarios? Produce una inflamación en las ubres de la vaca. Dicha inflamación luego se infecta y segrega pus que entra directamente en contacto con la leche que consumimos. Esta leche produce cáncer de mama, de colon y de próstata.

- OGM (Cultivos genéticamente modificados): Dejé para lo último al culpable de modificar hasta el sabor del tomate. Los cultivos genéticamente modificados son resistentes al herbicida glifosato. Lo que no quita que este veneno quede impregnado en los cultivos que después sirven de alimento tanto de ganado como de los seres humanos. ¿Hace falta que diga lo que produce este veneno en nuestro organismo? CÁNCER.


Ahora sí, más abajo dejo los videos de estos documentales que ahondan un poco más en este tema que tiene a la sociedad y al mundo tan preocupados.



Hambre de soja. 

Este documental del 2004 muestra cómo impactó en nuestro país el uso de Glifosato. 



Informe de CQC (2012)

Muestra el impacto de los agroquímicos en Córdoba



Informe del Periodista venezolano Miguel Perez Pirela


Glifosato: Lérbicida nouce alla  salute del mondo

Informe de la TV italiana (2016) sobre el impacto por el uso de Glifosato en nuestro país



Chuzzo

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