lunes, 2 de enero de 2017

Reseña literaria IV: El hombre terminal - Michael Crichton

Michael Crichton en los 90´s


El hombre terminal es un policial de Ciencia ficción del año 1972 escrito por el estadounidense Michael Crichton. El autor que tal vez conozcamos más por su novela Jurasick park y por ser el creador de un estilo novelesco en ER: Emergencias, es considerado también el fundador del sub-género llamado Technothriller.




El hombre terminal es Harold Benson, quien sufre de epilepsia psicomotora, una enfermedad que lo lleva a cometer actos de violencia que luego asegura no recordar.
Luego de atacar a dos personas queda detenido bajo supervisión policial. Pero el doctor Roger McPherson, director de la Unidad de investigación neuropsiquiátrica del Hospital universitario de Los ángeles tiene la esperanza de poder curarlo mediante un procedimiento experimental llamado Etapa tres. Dicha intervención consiste en insertar en su sistema nervioso un ordenador encargado de enviar pulsos electromagnéticos hacia el cerebro del paciente con el fin de saciar sus “cañones de placer”, lo que, en teoría, evitaría sus brotes psicóticos.  
En un principio la operación resulta exitosa, hasta que Benson descubre cómo controlar la dosis de los pulsos y básicamente comienza drogarse con la mismísima “medicina”. Luego de esto consigue escapar poniendo en peligro la vida de las personas que puedan cruzarse en su camino y hasta la propia, ya que después nos enteramos que el ordenador que lleva en su cabeza es radioactivo. Desde este punto la acción se traslada fuera del hospital y promete sumar un poco más de adrenalina a la trama.



Pero la acción que yo esperaba no fue tal. Desde un principio noté que ese énfasis que Crichton había puesto en crear un universo creíble no lo había puesto a la hora de crear a los personajes que lo iban a habitar. ¿El resultado? Personajes tan poco caracterizados que hacen que uno no sienta identificación alguna con ellos, ni siquiera un poco de empatía. Yo, particularmente, llegué a confundírmelos teniendo que releer algún que otro párrafo para volver a engancharme. Lamentablemente, esto hace que la trama pierda solidez. Y digo lamentablemente porque el universo que Crichton creó y se esforzó por fundamentar hasta con ilustraciones y datos reales, al margen de que puedan ser excesivos, cumplen su cometido: absorbernos y lograr que nos creamos la historia. Esto último tiene una explicación valida, resulta que Crichton no es narrador ni mucho menos poeta sino un médico al que le apasiona escribir.

En fin, El hombre terminal es una novela que por momentos me atrapó y por momentos me mareó y hasta llegó a aburrirme. Creo que se podría haber aprovechado mucho mejor el argumento. Tendré que ver si lograron esto en la película que hicieron dos años más tarde.


Recomiendo leer 6/10

D.N.H

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