Antes de entrar al Luna park, ya me había topado con
muchísimos fanáticos que pedían agite y más huevos, como si se tratara de un
partido de fútbol.
Una vez dentro, me encontré con un público de grandes
diferencias generacionales. Parejas con bodas de plata en su haber, padres con sus hijos adolescentes, padres con sus hijos que no pasaban de los 8 años, y
hasta abuelos. Algo totalmente entendible tratándose de una banda legendaria
como Megadeth, con 33 años de trayectoria.
Los huevos y el agite que algunos reclamaban afuera,
adentro brilló con todas las luces. Faltaban todavía veinte minutos para el
inicio, pero los fanáticos del Thrash,
con la euforia dominando sus sentidos, no dejaban de cantar y de saltar.
Las luces se apagaron. En la gran proyección del
escenario podíamos ver, acompañado por sonidos de tormentas, la animación de
como unas máquinas iban armando una estructura de metal que, al ser terminada, marcaría
el inicio del show. “Megadeth”
El comienzo fue al palo con Hangar 18. La gente se desató y ya no agitaba por agitar; ahora
coreaban riffs de Kiko Loureiro y cantaban a coro con Dave Mustaine. El resto de la banda estaba conformada por David Ellefson en el bajo, y por el belga Dirk Verbeuren, en reemplazo de Chris Adler, en la batería.
Siguieron con The
threat is real, de su disco más reciente:
Dystopia.
“Good evening”
Saludó el colorado. Y luego agregó, en su lengua natal, claro. “Tenemos una pequeña sorpresa. Vamos a tocar
una canción para ustedes. La canción es de Killing is my business… and business is
Good”: Rattlehead.
Entre tema y tema no dejaba de oírse el aliento del
público. Desde el ya mundialmente conocido “Olé
olé olé, olé olé olé ola…” hasta el también famoso “Ohhhhh vamos Megadeth, Megadeth, Megadeth, vamos Megadeth”. Está
más que claro que para Dave Mustaine esto no es nada nuevo, pero eso no quita
que cada vez que venga sienta la necesidad de expresar su admiración por
nuestro constante apoyo.
“I love you
guys, so much.” Creo que esa parte no necesita traducción alguna. Luego
prosiguió “Ustedes son (fucking) maravillosos.
Desearía que el resto del mundo pudiera estar acá con nosotros solo una noche para
que puedan ver lo hermosos que son mis argentinos”
La lista
siguió con Tornado of souls, del clásico Rust in peace; She Wolf, Dawn Patrol y Poison was the cure, entre otras. En total fueron 23 canciones. De las cuales 6 pertenecen a su último disco.
“No volveremos a tocar en Buenos aires por un largo tiempo. Nos tomaremos un descanso. Lo siento mucho…” Esto último sí lo dijo en español. “…Necesitamos un tiempo” Luego de pedir “Silencio” a algún que otro incrédulo que no quería escucharlo dar semejante noticia, Dave prosiguió. “Mi audiencia favorita está acá, en Buenos aires. ¡Esta es mi ciudad!”
Pasadas las 22:30 tocaron Symphony of destruction y luego Peace sells.
Ya muy cerca del cierre Dave se emocionó hasta las lágrimas. El público no dejaba de demostrarle afecto, cariño, amor…
"Escuchen, cuando termine el Show y crucemos esa puerta no importa donde carajos toquemos, yo nunca los voy a olvidar"
Luego de estas palabras, luego de la emoción y de la constante ovación, como si se tratase de una jugada del destino o un chiste de la vida misma, se dio una situación muy anecdótica. Dave mira para abajo y, a pocos centímetros de sus pies, ve algo y lo levanta. Era un manojo de llaves. Se pone a jugar con ellas entre sus dedos. Notamos en su rostro y en su mirada, que apunta levemente hacia arriba, que está pensando algo. Luego sonríe.
“Is my home. You know is my home, no?” Si, no dudes que esta es tu casa Dave.
¿Qué puedo agregar después de esto? Solo me queda por decir que tocaron Holy wars… the punishment due y cerraron con Shadow of death.
Hasta la próxima Megadeth, hasta la próxima Dave.
“No volveremos a tocar en Buenos aires por un largo tiempo. Nos tomaremos un descanso. Lo siento mucho…” Esto último sí lo dijo en español. “…Necesitamos un tiempo” Luego de pedir “Silencio” a algún que otro incrédulo que no quería escucharlo dar semejante noticia, Dave prosiguió. “Mi audiencia favorita está acá, en Buenos aires. ¡Esta es mi ciudad!”
Pasadas las 22:30 tocaron Symphony of destruction y luego Peace sells.
Ya muy cerca del cierre Dave se emocionó hasta las lágrimas. El público no dejaba de demostrarle afecto, cariño, amor…
"Escuchen, cuando termine el Show y crucemos esa puerta no importa donde carajos toquemos, yo nunca los voy a olvidar"
Luego de estas palabras, luego de la emoción y de la constante ovación, como si se tratase de una jugada del destino o un chiste de la vida misma, se dio una situación muy anecdótica. Dave mira para abajo y, a pocos centímetros de sus pies, ve algo y lo levanta. Era un manojo de llaves. Se pone a jugar con ellas entre sus dedos. Notamos en su rostro y en su mirada, que apunta levemente hacia arriba, que está pensando algo. Luego sonríe.
“Is my home. You know is my home, no?” Si, no dudes que esta es tu casa Dave.
¿Qué puedo agregar después de esto? Solo me queda por decir que tocaron Holy wars… the punishment due y cerraron con Shadow of death.
Hasta la próxima Megadeth, hasta la próxima Dave.
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